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PRUEBAS MÉDICAS

Laringoscopia

Laringoscopia
Ana Cristina Martín Crespo
Última actualización: 4 Febrero 2018
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¿Sabes para qué se realiza la prueba de la laringoscopia y cómo se tiene que hacer? Descúbrelo a continuación.

El órgano que nos permite producir la voz es la laringe. Tiene otras funciones: evita que los alimentos que ingerimos pasen a la vía aérea, permite respirar inspirando aire hacia los pulmones... pero es en el momento en el que el aire hace el sentido inverso, es decir, en la espiración, cuando somos capaces de producir sonido.

Durante el soplo fonatorio, expulsamos el aire de nuestros pulmones que asciende por la tráquea hasta llegar a la laringe y en un punto de ella, el aire se encontrará con una ventana cerrada: las cuerdas vocales. Estas cuerdas, al hacer el aire presión bajo ellas, se abrirán y vibrarán a su paso produciendo así el sonido que después modularemos y articularemos, dando lugar a nuestra voz y permitiéndonos hablar.

Las cuerdas vocales son en realidad dos plieguesLas cuerdas vocales son en realidad dos pliegues

Patología de las cuerdas vocales

Las cuerdas vocales son en realidad dos pliegues, de color blanco nacarado, que permanecen separados para que a través del espacio de la glotis pueda pasar el aire y así respirar. Se cierran de manera automática cuando comemos, para que los alimentos y líquidos no pasen.

En las cuerdas vocales pueden aparecer una serie de patologías o lesiones que hacen necesaria una exploración.

Puede tratarse de patología benigna, como los nódulos, pólipos o el edema de Reinke. Clínicamente, es fácil detectarlos a través de la calidad de nuestra voz. Detectaremos disfonía (lo que habitualmente denominamos afonía o ronquera). Los nódulos, por ejemplo, son dos pequeños bultitos simétricos que aparecen uno en cada pliegue vocal e impiden que las cuerdas se cierren y junten con normalidad. De esta manera, parte del aire se escapa entre ellas produciendo la característica disfonía. Estas lesiones pueden estar asociadas simplemente al abuso o mal uso de la voz, de ahí la importancia de la rehabilitación logopédica y seguir una serie de pautas de higiene vocal.

Personas que utilizan su voz de manera profesional, como maestros, políticos, teleoperadores o cantantes, tienen más riesgo de sufrir este y otros tipos de patología de la voz.

Otros hábitos, como el consumo de tabaco o alcohol pueden favorecer la aparición de otro tipo de patologías más graves y problemáticas, como el cáncer.

El cáncer de laringe puede darse a nivel de la glotis, es decir, localizado solo en las cuerdas vocales o de manera más extensa por todo el órgano. La localización y gravedad del tumor indicarán el tipo de intervención, que puede ir desde la extirpación de una sola cuerda vocal hasta la extirpación total de la laringe, viéndose afectadas las funciones fonatorias y deglutorias del paciente.

Para localizar y valorar este tipo de lesiones, es necesario hacer una laringoscopia, un examen de la laringe, que puede llevarse a cabo mediante diversos procedimientos.

Laringospia indirecta

Se puede utilizar una varilla estrecha y alargada en cuyo extremo tiene un pequeño espejo que, en combinación con una luz adecuada permite al médico examinar la parte más profunda de la garganta. No requiere de anestesia y es fácil y rápido pero, por otra parte, bastante limitado a la hora de visualizar lesiones específicas y suele provocar náuseas al paciente al estimular el reflejo nauseoso. Fue el primer método que se comenzó a utilizar, ideado por Manuel García, considerado como el inventor del laringoscopio, que lo diseñó a base de probarlo sobre sí mismo.

Otra forma de visualizar de manera más exhaustiva las cuerdas vocales es a través de un telelaringospio rígido. Está formado por dos cilindros que forman un ángulo de 90º. El médico lo sujeta por el lado más corto y apunta al paciente con el cilindro más largo. Consiste en introducir este cilindro por la boca, por encima de la lenguaje hasta llegar a la base de la misma e inclinarlo levemente para visualizar desde arriba las cuerdas vocales. La imagen es muy buena, es indoloro y no requiere anestesia. Sin embargo, para algunos pacientes, aunque no produce dolor, puede ser molesto y provocar también el reflejo nauseoso con facilidad.

Otro tipo de laringoscopia es la que utiliza el fribroscopio, formado por un tubo mucho más fino y flexible que se introduce también por la boca mientras el médico lo dirige con un mando. De esta manera, se reduce mucho más el reflejo nauseoso. Tampoco requiere anestesia ya que no produce dolor y permite visualizar también de forma clara las cuerdas vocales.

Otra variante, que se utiliza a menudo en niños, es el nasofribroscopio, similar al anterior, pero que se introduce por la nariz, atravesando las fosas nasales y descendiendo por la faringe hasta visualizar las cuerdas vocales.

Pese a lo aparatosas y molestas que pueden parecer estas pruebas, no son dolorosas, por lo que en la laringoscopia indirecta no se utiliza anestesia ya que en todo caso, las molestias son mínimas y van más asociadas a la estimulación del reflejo de náusea que al daño en sí mismo.

El profesional encargado de efectuar este examen es el otorrinolaringólogoEl profesional encargado de efectuar este examen es el otorrinolaringólogo

Laringoscopia directa

Otro tipo de examen es la laringoscopia directa. En este caso, sí se requiere de anestesia general ya que el objetivo es tomar muestras de tejido o bien intervenir quirúrgicamente.

Se le introduce un laringoscopio rígido y un tubo endotraqueal para la respiración asisitida. Es el método empleado en las intervenciones quirúrgicas de las cuerdas vocales. A través del cilindro rígido y hueco, se puede visualizar la laringe e intervenir directamente sobre ella, utilizando diferentes materiales quirúgicos o láser si la cirugía lo requiere.

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