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PIEL QUEMADA POR EL SOL

Qué debo hacer si me he quemado la piel con el sol

Qué debo hacer si me he quemado la piel con el sol
Almudena Rubio Rueda
Última actualización: 26 Julio 2016
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Los rayos del sol pueden provocar buenas consecuencias en tu organismo, pero si abusas sin duda te causará serios daños y graves problemas.

Los rayos del sol provocan efectos muy positivos para el organismo, ya que promueven la estimulación de vitamina D que ayuda a formar los huesos y los dientes a través del calcio. Además favorecen la presión sanguínea, aumentando la circulación de la sangre, y mejoran en gran medida la piel.

Pero una larga exposición solar, sin una correcta protección, puede hacer que la radiación sea perjudicial para la salud. El sol es una de las fuentes naturales más potentes que existe en el planeta y, para aprovechar al máximo sus consecuencias benignas es necesario conocer de primera mano los peligros que supone no tomar las precauciones necesarias.

Problemas y efectos negativos de tomar demasiado el sol

Existen numerosos problemas y efectos negativos de la exposición ultravioleta, algunos más comunes que otros. La consecuencia más inmediata es que la piel se puede quemar, pero también se llevan a cabo insolaciones o golpes de calor debido al exceso de sol en la cabeza, que pueden llevar al malestar corporal desde fiebres hasta alteración en las fibras musculares.

Es necesario que cuides tu piel, sobre todo después de tomar el solEs necesario que cuides tu piel, sobre todo después de tomar el sol

Los efectos más tardíos que se pueden producir son, en primer lugar, el envejecimiento de la piel produciendo arrugas, manchas o espesor. En segundo lugar es posible que aparezcan daños en la vista, que es más susceptible cuando el sol está más bajo (en amaneceres o atardeceres). La aparición de cáncer de piel, sobre todo de melanomas y carcinomas cutáneos, está en aumento en lo últimos años y es uno de los tumores más frecuentes.

Para evitar que nuestro organismo experimente todos estos efectos es necesario tomar una serie de medidas de precaución, que harán que la exposición solar sea mucho más beneficiosa que nociva. Lo primero que hay que conocer es que la piel tiene memoria, es decir, acumula el daño producido de una vez a otra a lo largo de los años. Es por esto por lo que es importante la protección, sobre todo en los niños, ya que tienen más años para acumular.

La piel se protege segregando melanina para impedir la radiación y, además, dicho pigmento produce la coloración de la piel, pelo y ojos. Los lunares son acumulos de melanina que pueden malignizarse y convertirse en melanomas, por lo que hay que tener especial cuidado con ellos, aunque en su mayoría sean benignos, y protegerlos doblemente del efecto de la radiación.

La principal protección a tener en cuenta es el uso de cremas solares y otros productos cuya elección dependerá del tipo de piel que se tenga y de la cantidad de radiación a la que se pretende estar expuesto. Lo ideal es escoger un factor de protección alto, sobre todo para aquellas personas que tengan un cutis más sensible, evitando así que este se pueda quemar. En este sentido, es importante conocer que existen cremas especiales para la cara, ya que es una de las zonas de piel que se daña con más facilidad. Estas pomadas deben aplicarse al menos 30 minutos antes de la exposición, ya que es el tiempo que tarda la piel en absorberlas, y renovarlas de forma reiterada y adecuadamente, por ejemplo, después de un baño.

También es importante controlar el tiempo que se está tomando el sol, que deberá ser moderado. Se ha de evitar la exposición en las horas centrales del día, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Se recomienda no abusar del sol, no estar más de media hora expuesto y combinar progresivamente con ratos a la sombra. Por otro lado no hay que fiarse de los días nublados en los que se piensa que el sol no puede quemar ya que la radiación puede atravesar las nubes.

Protege tu piel para cuidar tu saludProtege tu piel para cuidar tu salud

El uso de materiales que ayuden a protegernos también evita los efectos adversos del sol. Unas gafas de sol de calidad, con cristales que incluyan códigos de seguridad de la Unión Europea, impedirán en un 99% los daños oculares a consecuencia de la radiación. Se recomienda, además, usar prendas con colores claros y holgadas así como sombreros adecuados.

Me he quemado, ¿y ahora qué?

Uno de los efectos negativos más comunes del sol es que puede quemar. En los casos en los que se experimentan quemaduras, bien por descuido, no haber tomado medidas o por protecciones insuficientes, hay que tener en cuenta el tipo de quemadura para comenzar a tratarla.

Como ya hemos mencionado, las quemaduras son las consecuencias más inmediatas de la larga exposición al sol. Su tratamiento depende de la profundidad de la quemadura en las diferentes capas de la piel. En el caso de que el daño sea más profundo, es decir, que haya afectado a la dermis, es necesario tratarla como a cualquier herida para permitir la regeneración de las células. Su medicación debe llevarse a cabo por personal sanitario especializado.

Si las quemaduras han afectado a la capa más externa de la piel, la epidermis, hablaríamos de eritemas o enrojecimientos comunes a la mayoría de personas. Como con cualquier otra quemadura se ha de aliviar con agua fría, y hay que tener especial cuidado con el agua extremadamente caliente o fría ya que agravará el dolor.

En este sentido cabe destacar el uso de cremas hidratantes o calmantes, como los after sun, con cortisona o con calamina, que ayudarán a reparar el tejido. Para la elección de este tipo de cremas hay que dejarse aconsejar por los profesionales sanitarios.

Por otro lado es importante destacar el uso del Aloe Vera, junto con la vitamina E, por sus grandes propiedades reparadoras. Para usarlo solo hace falta cortar una hoja y extender la sustancia que hay en su interior en la zona dañada. En el caso de no tener la planta, en el mercado existen numerosos productos, como geles, que ayudarán a calmar la zona.

En cualquier caso, una vez producida la quemadura, hay que olvidarse del sol en los días posteriores ya que la piel se encontrará desprotegida y es más probable que se agrave y se ralentice el proceso de regeneración de la piel.

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