Ampollas, esas temidas heridas que aparecen cuando menos te lo esperas por el exceso de calor, la humedad y la fricción de los pies; es mejor estar preparado para hacerles frente antes de producirse. Su rozadura en los pies es muy incómoda y puede no curarse en una larga temporada, por eso es mejor prevenir antes de que sea demasiado tarde.
Cómo evitar la formación de ampollas
Existen causas muy frecuentes en la aparición de ampollas, algunas a las que nos hemos tenido que enfrentar todos en ciertas ocasiones. Hacer una práctica deportiva regular supone un exceso de exposición para los pies y habitualmente los atletas deben hacer frente a estas consecuencias indeseadas.
Para evitar la formación de ampollas en los pies hay que tener en cuenta la fricción que se produce en cada paso que damos. Un proceso en los que se ven involucrados agentes internos y externos como el suelo, la zapatilla, el calcetín y el pie, cuya importancia es igual para todos si queremos evitar este tipo de heridas.
Si queremos prevenir su aparición lo primero es elegir cuidadosamente las zapatillas o zapatos que empleamos. No apretar mucho los cordones y usar calcetines de tejidos que favorezcan la transpiración y no sean ni grandes ni pequeños también ayuda. Si tienes pensado andar durante horas, asegúrate que no queda ninguna arruga en el calcetín ya que la fricción puede transformarla en ampolla pasado un tiempo.
Lo mejor siempre es mantener el pie lo más seco posible, el calor y la humedad no son buenos amigos de las ampollas. Para ello usa buenos sistemas de ventilación para evitar el exceso de calor en el pie, los zapatos son una parte importante pero también opta por cambiar de calcetines de vez en cuando (sobre todo si están húmedos). Si estás preparándote para hacer una ruta de senderismo quizás quieras airear tus pies para que 'respiren'.
La mejor manera de tratar las ampollas
A veces por mucho que queramos cuidar nuestros pies y tengamos en cuenta el calzado y la transpiración, las ampollas ganan la batalla y se manifiestan en nuestros pies. Una vez ha ocurrido eso hay maneras muy concretas de cómo tratar las ampollas, muchos remedios que pueden aliviar la zona y permitirte andar sin infectarse la zona.
Lo primero es aliviar el área afectada con agua tibia y jabón para después decidir entre reventarla o no: la cuestión es ver si quieres que se cure por si misma o si deseas vaciar el líquido antes de tiempo. Si la ampolla se encuentra en la planta del pie quizás la mejor opción es la segunda pero por normal general es recomendable dejar que se cure por si misma (siempre y cuando no moleste o incomode al andar).
Si eliges drenar la ampolla, empieza por estilizar una aguja con alcohol, agua hirviendo o un mechero, de esta manera se prevendrán infecciones. Inserta la aguja en la burbuja de la ampolla, deja que el liquido se vacíe y no quites nunca la piel. Después desinfecta bien la zona y cúbrela con un vendaje, aunque deberás dejarla respirar el mayor tiempo posible. Si vas a practicar deporte, el vendaje es casi una obligación si no quieres que el área afectada empeore durante tu entrenamiento.
Cómo podemos prevenir su aparición
La aparición de ampollas es una tarea pendiente para cualquier, por eso os dejamos unos consejos prácticos y muy útiles para prevenir su aparición:
1. Zapatos adecuados: no deben ser muy apretados pero tampoco demasiado sueltos, hay que dar con la talla perfecta para el pie. Es imprescindible que te pruebes los zapatos o zapatillas antes de comprarlos, caminar con ellos en la tienda y comprobar que con cómodos. Saber el número no es suficiente ya que cada fabricante los hace de una manera distinta.
2. Evita calzado pro-ampollas: por muy bonito que sea y muy bien que quede puesto, a veces ejercemos demasiada presión y fricción a nuestros pies con determinados zapatos, lo cual se traduce en este tipo de rozadura. Zapatos de tacón alto o chanclas son algunos ejemplos claros de calzado común para la aparición de ampollas.
3. Ablanda los zapatos: es una actividad que vale antes de hacer deporte o si vas a tener un periodo prolongado con ellos puestos. Para 'ablandar' el calzado basta con usarlos en casa durante un par de horas antes de sacarlos a la calle por primera vez, de esta manera habrá tiempo suficiente para ajustarse a la forma del pie.
4. Cambia de calzado: no debes usar el mismo par de zapatos o zapatillas varios días seguidos, lo mejor es cambiarlos en cuanto sea posible. Al hacerlo también modificas los puntos de fricción de los pies y por tanto la aparición de ampollas será más en cualquier zona será más complicada.
5. Comprar por la tarde: puede parecer una tontería pero está demostrado que los pies se hinchan hasta un 8% a lo largo del día. La tarde es el momento cuando los pies están más grandes, por eso debes aprovechar para comprar el calzado ya que evitarás rozaduras más adelante.
6. Pies limpios y secos: cuero, lona o tela son materiales respirables que ayudarán a mantener la humedad fuera y permitir que el sudor de tus pies se evapore. A ello se une la posibilidad de caminar siempre sin agentes externos: piedras, ramitas o arena dentro del calzado favorecerán la fricción y por tanto la aparición de ampollas.
7. Los calcetines: considera los calcetines de materiales sintéticos de secado rápido que favorecerán el control de la humedad. Quizás sea inteligente optar por calcetines de deporte acolchados o si la ruta de senderismo (o paseo) será grande, incluso por colocar un calcetín fino y encima uno más grueso.
8. Lubricante o cinta: si eres una persona propensa a la parición de ampollas es mejor el remedio que la enfermedad. Para ello puedes usar lubricante, cintas o parches de material adhesivo en las áreas propensas a la fricción. En cualquier farmacia encontrarás una amplia gama de productos que se adecuen a tus necesidades.
9. Uso de plantillas: asegúrate que las plantillas que compras sean cómodas, te den apoyo y un mejor ajuste en el interior de tu calzado. Elige plantillas removibles, están hechas de diferentes materiales que puedes escoger según la situación a la que te enfrentes como neopreno, rellenas de gel o espuma con memoria.