Si estamos interesados en cuidar nuestra nutrición uno de los primeros alimentos que deberemos vigilar serán las carnes rojas. Diversos estudios han demostrado que el consumo reiterado de esta carne puede provocar riesgo de aparición de cáncer y de problemas cardiovasculares serios, así como obesidad, y por ello deberemos limitar su consumo. Pero, ¿cuáles son las carnes rojas?
Las carnes rojas son aquellas que provienen de los mamíferosLas carnes rojas son aquellas que provienen de los mamíferos. Por ejemplo lo son la carne de vaca, la ternera, la del cerdo y el cordero adulto, la de caballo o la de venado, y las podremos reconocer por su característico color rojo. Ya hemos mencionado que consumirla tiene desventajas, pero de la misma forma nos puede aportar beneficios si la comemos cuando es debido.
Para empezar, la carne roja es muy rica en hierro y este nutriente cuando proviene de este tipo de carne se absorbe fácilmente por el cuerpo. Otra de sus propiedades es que contiene vitamina B12, que ayuda a formar el ADN y a mantener los nervios y las células sanguíneas saludables. También aporta zinc, que hace que el sistema inmunitario funcione correctamente, y proteínas, que mantienen fuertes los huesos y músculos.
Pero como hemos dicho, la OMS y muchos otros estudios han demostrado que la carne roja puede provocar cáncer, en especial de colon y el recto. Las causas pueden ser varias; la grasa saturada que contiene la carne roja está relacionado con el cáncer de colon y mama. Además, también pueden provocar problemas en el corazón. Otras posibilidades son que los carcinógenos se formen al cocinar la carne roja o que el hierro de esta carne tenga componentes que perjudican las células, formando el cáncer.
¿Cada cuánto podemos comer carne roja?
Por ello, ¿cuál es la cantidad adecuada de carne roja que deberíamos tomar? No debemos dejar de comer radicalmente carne roja porque nos aporta muchos nutrientes necesarios para nuestro cuerpo. Simplemente deberemos de reducir su consumo si lo hacemos regularmente. Los cortes más adecuados para nuestra dieta son los magros, es decir los que tienen menos grasa, como el lomo, el solomillo, el filete o la arrachera.
Por lo tanto es recomendable que no consumamos carne roja más de una vez a la semana. Para evitar pasarnos podemos pensar en esta carne como un acompañante del plato para añadirle sabor en lugar de ser el componente principal, por ejemplo con una ensalada bien aliñada. Recuerda que todo en exceso es malo, pero si sabemos controlar la cantidad que ingerimos no habrá peligro.
Cómo incluir la carne roja en nuestra dieta de forma saludable
Primero deberemos de tener en cuenta la forma en que la cocinamos. Si lo hacemos a una temperatura alta podemos hacer que desarrolle propiedades nocivas, así que lo mejor es prepararla a temperatura media o baja. También podríamos procurar comer carne roja ecológica, ya que sabremos que al menos no estamos consumiendo todos los aditivos industriales que añaden posteriormente y que la alimentación de los animales es de origen natural.
Algunas de estas carnes son los perritos calientes, las salchichas o el jamónConsiguientemente evitaremos en la medida de lo posible comer carne procesada, ya que ha sido alterada de su estado inicial a través de diversos procedimientos. Algunas de estas carnes son los perritos calientes, las salchichas o el jamón. Para sustituirlas podremos optar por carne blanca o pescado. Si queremos completar nuestra dieta saludable añadiremos verduras y fruta, así como legumbres y cereales. Por otra parte reduciremos también los hidratos de carbono y los azúcares. Cabe destacar que las carnes rojas también pueden producir diabetes por lo que si tenemos riesgo hay que tener controlado el azúcar.
Ya sabes, consumir carne roja tiene sus desventajas pero si lo hacemos una vez a la semana nos beneficiaremos de sus propiedades.
