La fiebre es un mecanismo de defensa con el que nuestro organismo nos da un aviso de que algo no va bien en nuestro cuerpo, cuando nos sentimos enfermos. La fiebre es un síntoma que consiste en la subida de la temperatura de nuestro cuerpo y, normalmente, nos avisa de que está intentando defenderse de alguna enfermedad o virus.
Cuando tenemos fiebre nuestro cuerpo presenta una serie de signos y síntomas que nos hacen sospechar que algo va mal. El incremento de la frecuencia cardíaca, de la frecuencia y profundidad respiratoria, temblores y congestión muscular, piel pálida y frío, pérdida de la concentración o aumento de la sudoración, son algunos de los síntomas que nos pueden hacer pensar que tenemos fiebre.
Porqué la fiebre aumenta por la noche
Cuando estamos enfermos y nuestro cuerpo presenta una subida de la temperatura, lo mejor que podemos hacer es meternos en la cama y guardar reposo para que nuestro cuerpo sufra lo menos posible pero, normalmente, hagamos lo que hagamos sentimos que nuestra fiebre aumenta de forma considerable cuando va llegando el final de la tarde o el principio de la noche y esto es debido a diferentes aspectos.
La temperatura de nuestro cuerpo, tengamos fiebre o no, no es la misma a lo largo del día. Esto quiere decir que nunca nuestro cuerpo goza de la misma temperatura ya que esta se va regulando en función de la actividad que estemos realizando, de cómo estemos de cansados, etc. Nuestro cerebro está formado por el hipotálamo que se trata de una zona del cerebro que se encarga de esta función.
Mientras que nuestro cuerpo alcanza su temperatura más baja entre las 2 y las 4 de la madrugada, por el contrario, consigue su temperatura más elevada desde las 18 hasta las 22h, llegando a variar en torno a un 0,4 y un 0,6 grados durante todo el día. Esto no es más que un mecanismo que lo encabezan los ritmos biológicos y cuando estamos enfermos también se sigue dando.
Esto se debe al llamado ritmo circadiano, que consiste en las oscilaciones de las variables biológicas que nuestro cuerpo sufre en intervalos regulares de tiempo. Esto quiere decir que nuestro organismo no siempre responde igual ante los mismos estímulos y que tiene que regularizarse dependiendo de lo que surge a su alrededor. Llevándonos esto al terreno de la fiebre, esto quiere decir que nuestro cuerpo a lo largo del día sufre variaciones en su temperatura e, incluso cuando no tenemos fiebre, esta aumenta en el fragmento entre las 18 y las 22 horas, porque el ritmo circadiano así lo requiere.
Porqué se origina la fiebre
Como hemos dicho anteriormente, la fiebre se origina en la mayoría de los casos debido a la presencia de alguna infección, de algún virus en nuestro organismo o cuando estamos enfermos pero, no siempre se debe a ello. Existen otras causas por las que nuestro cuerpo necesitará regular la temperatura a través de la fiebre.
El caso más común es cuando tomamos el sol más de la cuenta y nuestro cuerpo se ve sometido a una insolación o golpe de calor. Cuando recibimos más sol de lo que nuestro cuerpo permite este se ve obligado a regular la temperatura de nuestro cuerpo y, en la mayoría de los casos lo hace a través de la fiebre.
Los cambios hormonales también pueden desencadenar, en algunas ocasiones con la presencia de fiebre en nuestro organismo. Esto lo podemos observar sobre todo cuando tenemos problemas de tiroides o, en otro caso, cuando las mujeres nos encontramos con el síndrome premenstrual.
Por una cosa o por otra, aunque la fiebre siempre se ha tomado como algo negativo, no podemos negar que tener fiebre, es una respuesta positiva de nuestro cuerpo cuando intenta conseguir que cuando algo no funciona bien, vuelva todo a la normalidad.