El aumento de la temperatura corporal en un niño siempre es un signo de alerta que nos avisa que posiblemente está iniciándose una infección. En la mayoría de los casos, la propia fiebre actuará como mecanismo de defensa. La aparición de fiebre en el niño suele ser motivo de gran preocupación para muchos padres, pero hay que recordar que por sí misma muchas veces no es perjudicial y siempre es consecuencia de algo.
Además, no hay que olvidar que corresponde al médico descubrir el origen y tratarla. Los medicamentos más comunes utilizados para bajar la fiebre en los niños son el Apiretal y el Dalsy. Aunque ambos son medicamentos antitérmicos, su mecanismo de acción y su principio activo es diferente. Conoce sus usos y cómo pueden ayudar a bajar la fiebre a tu hijo.
Medicamentos antitérmicos: Dalsy y Apiretal
Los fármacos antitérmicos actúan sobre el centro regulador de la temperatura, situado en el cerebro. Sin embargo, no intervienen en el proceso natural de la enfermedad, por tanto, se trata de medicamentos sintomáticos, es decir, su mecanismo de acción consiste en actuar sobre el síntoma, en este caso la fiebre, y a la vez mejoran el malestar general producido por ella. Los medicamentos más universalmente utilizados para tratar la fiebre en el niño son el Paracetamol y el Ibuprofeno, y de las marcas que preparan medicamentos con estos principios activos las más conocidas entre pediatras y padres son Dalsy y Apiretal. Ambos son igualmente eficaces y tienen un efecto similar.
El Apiretal, cuyo principio activo es el paracetamol, es analgésico y antipirético. Está indicado para los estados febriles y para el alivio del dolor leve o moderado. Se aconseja no administrar en niños menores de 3 años si no es por consejo de un médico. Es el antitérmico de elección, y la dosis es por vía oral en forma de gotas o jarabe (evitar dárselo en supositorios).
Es necesario respetar las posologías definidas en función del peso del niño y, por tanto, elegir la dosificación adecuada en ml de la solución oral que suele ser de 60 mg/kg/día, que se reparte en 4 ó 6 tomas diarias, es decir 15 mg/kg cada 6 horas ó 10 mg/kg cada 4 horas. Tiene pocos efectos irritantes sobre el estómago, pero en dosis excesivas es un tóxico hepático, por lo que está contraindicado en hepatitis y otras alteraciones hepáticas. Otros nombres comerciales del paracetamol son Gelocatil o Febrectal
El Dalsy pertenece al grupo de los medicamentos llamados antiinflamatorios no esteroideos (AINES), y su principio activo es el Ibuprofeno. Este medicamento posee acción analgésica, antitérmica y antiinflamatoria, por tanto, su uso está más indicado cuando buscamos que además se reduzcan dolores localizados que cursan con inflamación de la zona, como es el caso de la salida de los dientes. La dosis a administrar depende de la edad y del peso del niño. Por regla general, para niños de 3 meses hasta 12 años, la dosis diaria recomendada es de 20 a 30 mg por kg de peso, repartida en tres o cuatro tomas. Se recomienda no sobrepasar la dosis máxima diaria de 40 mg por kg de peso de ibuprofeno, y no se recomienda el uso de este medicamento en niños menores de 3 meses. El intervalo entre dosis dependerá de la evolución de los síntomas, pero nunca será inferior a 4 horas.
El Ibuprofeno es uno de los fármacos AINE con un mejor perfil de seguridad. Sin embargo, como sucede con la mayoría de los AINE, nunca se debe administrar si se vomita sangre o si las heces son negras o se presenta diarrea con sangre. Una característica de este medicamento es su techo analgésico, esto significa que cuando llega a su tope de acción, por dar más dosis no conseguimos más efecto, pero sí que aumentamos los efectos secundarios. Estos efectos secundarios son: toxicidad hepática y renal, produce molestias gástricas incluso sangrado gastrointestinal, diarrea, estreñimiento... En tratamientos de menos de 6 días rara vez provocan toxicidad renal o lesión gástrica.
¿Qué es mejor para la fiebre: el Dalsy o el Apiretal?
Como ya hemos señalado, ambos medicamentos tienen poder antitérmico, lo que significa que actúan sobre el centro regulador de la temperatura de nuestro cuerpo, pero no tienen acción curativa del proceso causante de dicha fiebre. Su uso es sintomático, es decir tratan el síntoma, en este caso la fiebre, y por consiguiente actúan sobre el malestar general que la fiebre produce. Aunque ambos son analgésicos y antitérmicos, el Ibuprofeno, por tanto el Dalsy, tiene el efecto antiinflamatorio del que el paracetamol carece.
Su efecto antitérmico, hace que el niño se sienta más confortable, pero raras veces consigue hacer desaparecer la fiebre alta al principio de la enfermedad. Ambos deben administrarse sólo cuando el niño tenga malestar o una temperatura superior a 39°. Y siempre se deben seguir las instrucciones del pediatra para su dosificación. Ninguno de los dos produce tolerancia, lo que significa que no pierden efectividad, y tampoco generan dependencia.
La elección de uno u otro dependerá de factores tales como nuestra experiencia previa, el efecto deseado que buscamos (recordar que sólo el Dalsy tiene propiedades antiinflamatorias), de la preferencia del niño por uno u otro o de si existen intolerancias, alergias o contraindicaciones. De todos modos, lo aconsejable es que se siga siempre el criterio de tu pediatra habitual.
¿Podemos administrar Dalsy y Apiretal conjuntamente?
Es una práctica muy extendida combinar la acción de ambos antitérmicos, bajo la creencia de que así son más eficaces; sin embargo, no existe evidencia científica al respecto. Dado que no existen pruebas sobre su eficacia ni datos de seguridad que apoyen su uso, los pediatras no suelen recomendar el uso combinado de antitérmicos. Además combinar dos fármacos diferentes aumenta el riesgo de calcular mal las dosis y suministrar más cantidad de la recomendada. Esto es algo que ocurre con frecuencia y que puede resultar grave para los niños, ya que la medicación excesiva aumenta el riesgo de producir daños en hígado y riñones.
Por tanto, la administración conjunta de estos fármacos no presenta ningún beneficio respecto a administrar uno sólo. Así que se recomienda utilizar los antipiréticos por separado, cuya eficacia y relativa seguridad en monoterapia sí están demostradas. De todos modos, la última palabra siempre la tendrá tu pediatra habitual.