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REFLUJO GASTROESOFÁGICO

Qué es el reflujo

Qué es el reflujo
Mercedes Benito Alfonso
Última actualización: 23 Diciembre 2017
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No solo los bebés padecen reflujo, es bastante común y es importante conocerlo para poder tratarlo adecuadamente.

Se entiende por reflujo, el paso de contenido gástrico hacia el estómago. Es algo cotidiano e inadvertido en la mayoría de los casos. Ocurre principalmente después de las comidas y no reviste de gravedad. Sin embargo, cuando el reflujo es abundante o prolongado, aparecen síntomas digestivos o irrita el esófago (esofagitis), hablamos entonces de una situación anómala, una patología denominada reflujo gastroesofágico. La enfermedad del reflujo, hace referencia a un conjunto de síntomas y lesiones en la pared del esófago causados por el retorno del contenido gástrico o gastroduodenal hacia el esófago.

Se trata de una patología muy frecuente en las consultas médicas. Y aunque pueda parecer poco importante, las lesiones que causa en el aparato digestivo y las posibles complicaciones son serias. Sin embargo, no debemos preocuparnos, pues el tratamiento es muy sencillo, y en ocasiones sólo es necesario cambiar pequeños hábitos dietéticos. En Bekia te informamos más acerca de esta afección común que en muchos casos puede pasar desapercibida o confundirse con otras patologías tanto digestivas como extradigestivas.

La enfermedad del reflujo gastroesofágico

Es un conjunto de lesiones producidas en el esófago por retorno del contenido gástrico o gastroduodenal hacia el esófago. El sistema digestivo está diseñado para que esto no pase, de manera que una vez que el bolo alimenticio pasa de la boca al estómago, a través del esófago (tubuladura que conecta ambas cavidades), se cierra una válvula, que impide el retroceso del alimento o el paso de contenido del estómago. No obstante, cuando esta válvula está alterada o se relaja, no cumple bien su función de cierre y el contenido gástrico, formado por alimento digerido y jugos gástricos erosivos, puede ascender al esófago, irritando así la mucosa. Lo que desencadena molestias gástricas junto con otros síntomas y en ocasiones complicaciones importantes.

La prevalencia de esta patología es alta, del 25 al 40% de la población presenta reflujo en algún momento de su vida. Siendo más frecuente en mayores de 55 años, sin distinción de razas o sexo, a excepción de las embarazadas que lo sufren más de la mitad durante el embarazo, y algunas incluso tras el parto. El reflujo es una enfermedad benigna, excepto si evoluciona a esofagitis o esófago de Barret.

La pirosis es una de la manifestación clínica más típica y frecuente del reflujoLa pirosis es una de la manifestación clínica más típica y frecuente del reflujo

¿Cuáles son los síntomas del reflujo gastroesofágico?

La pirosis es una de la manifestación clínica más típica y frecuente del reflujo, aparece entre un 70-100% de los casos. Consiste en una sensación de ardor o molestia retroesternal, que generalmente tiene lugar tras la ingesta de alimentos, sobre todo si nos acotamos o agachamos. Es común que la pirosis se asocie junto con la regurgitación, que es el retorno del contenido gástrico, alimento no digerido, pero sin vomitarlo.

La disfagia, definida como la dificultad o dolor al tragar, especialmente localizado en la zona retoesternal, es otro de los signos más frecuentes del reflujo, apareciendo en el 30% de los pacientes. Tras estos tres síntomas más comunes encontramos otros síntomas esofágicos comunes son el hipo, la halitosis (mal aliento), eructos, sialorrea (salivación excesiva) y por último, hemorragia gastrointestinal en un 2-6% de los casos de reflujo, ya sea en forma de hematemesis (sangre en el vómito) o de melenas (heces negras).

En cuanto a las manifestaciones extradigestivas, síntomas de otros órganos del cuerpo humano diferentes al aparato digestivo, pero que pueden alertarnos de que sufrimos reflujo, los dividimos en:

- Otorrinolaringologicos: disfonía, otitis, laringitis y estenosis o carcinoma laríngeo.

- Pulmonares: tos, asma bronquial, neumonía, apnea y fibrosis pulmonar idiopática.

- Dolor torácico de origen no cardiaco que tiene lugar en la mitad de los casos de reflujo. Por ello, es muy importante realizar las pruebas médicas necesarias para saber si se trata de un problema gástrico o cardiaco.

- Pérdida del esmalte dental, producido por la erosión de los ácidos gástricos que suben a la boca con el reflujo.

No todos los reflujos son iguales, existen 3 variedades clínicas

El reflujo presenta tres variedades clínicas principales:

- No erosiva: es la manifestación de reflujo más frecuente, aparece en un 70% de los pacientes. Se caracteriza por presentar síntomas en ausencia de lesiones en el esófago.

- Erosiva: la persona afectada presenta la clínica del reflujo, y presencia de erosiones u otras lesiones en el esófago. El tamaño de las lesiones, así como el número, la forma y profundidad del tejido afectado, determina la gravedad de la enfermedad, y el tratamiento.

- Esófago de Barret: cuando el paciente presenta lesiones serias en la mucosa del esófago, denominadas metaplasia, que pueden evolucionar a adenocarcinoma, un tipo de cáncer.

¿Cómo se diagnóstica?

Existen varias pruebas que se utilizan para el diagnóstico del reflujo. La elección de una u otra, depende en gran medida de los problemas del paciente y la cronicidad de los síntomas. Existen multitud de pruebas hoy en desuso, las más habituales son:

- pH metría: sirve para determinar el pH del esófago durante 24h. Se hace de manera ambulatoria. El paciente debe anotar el número y duración, los momentos de ingesta de alimento y los cambios de posición o actividad asociados a la aparición de síntomas. Es la prueba más específica y de mayor sensibilidad. Consiste en la introducción de una sonda muy fina y flexible por la nariz, que se deja alojada en esófago y conectada a un pequeño aparato que registrará el pH.

- Endoscopia del tubo digestivo alto: es muy útil para la confirmación del diagnóstico, para la toma de biopsia si se observan lesiones y para excluir la presencia de otras enfermedades (diagnóstico diferencial). Es especialmente útil en pacientes con más de 2 o 3 meses de evolución, y para saber si existe además de reflujo, esofagitis, consecuencia importante de un reflujo prologado sin tratamiento adecuado. Consiste en introducir una sonda de gran calibre que lleva a alojada una cámara, permitiéndonos ver en un monitor el interior del aparato digestivo. Se introduce a través de la boca y bajo anestesia.

Algunas medidas ayudan a tratar y prevenir el reflujo

Se trata de una patología que puede corregirse, con algunas medidas higiénico-dietéticas, como son:

La cirugía antirreflujo es el mejor y más duradero control del refljujoLa cirugía antirreflujo es el mejor y más duradero control del refljujo

- Evitar esfuerzos físicos tras las comidas.

- Realizar ingestas pequeñas de comida, evitando los atracones y las comidas copiosas.

- Disminuir el consumo de grasas y bebidas estimulantes como: café, mate, , alcohol o bebidas con cola.

- Dejar de fumar. El tabaco irrita el estómago.

- No acostarse inmediatamente después de haber comido.

- Dormir con la cabecera de la cama elevada.

- Evitar la ropa ajustada, pues puede generar presión sobre el estómago.

- Evitar la obesidad o sobre peso.

- Algunos fármacos que se utilizan para otras enfermedades pueden debido a su composición favorecer el reflujo, pues contienen elementos que relajan la válvula que cierra el estómago y evita que el contenido gástrico salga. En estos casos, se recomienda cambiarlos por otros, en la medida de lo posible y siempre bajo orden médica.

Además, estos cambios en el estilo de vida, son muy útiles para prevenir la aparición de reflujo.

Tratamiento: cuando son necesarios los fármacos o la cirugía

Los fármacos más usados son:

- Antiácidos: su uso es limitado, pues alivian los síntomas durante un tiempo limitado. Ayudan a disminuir los síntomas de acidez estomacal.

- Procinéticos: aceleran el vaciamiento gástrico y estimulan el peristaltismo del esófago. Deben realizarse varias tomas al día.

- Antagonistas de los receptores de la histamina: disminuyen la secreción de los ácidos gástricos. Útiles en la mitad de los casos y si los síntomas son leves.

- Inhibidores de la bomba de protones: actúan sobre los síntomas y cicatrizan las lesiones de esofagitis. Es una de las terapias más efectivas. Por ejemplo, omeprazol.

La cirugía antirreflujo es el mejor y más duradero control del refljujo. Es mínimamente invasiva en la mayoría de los casos y se denomina fundoplicatura. Disminuye la aparición de displasia y la progresión de la ya existente.

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