La presión arterial alta o hipertensión es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. La presión arterial normal de un adulto debería estar entre los siguientes valores en el caso de la sistólica, 10 y 14 cm de HG (100 y 140 mm) y entre 6 y 9 cm de HG (60 y 90 mm), en el caso de la diastólica. Si al tomarte la tensión en varias ocasiones, esta supera dichos valores deberías acudir al médico porque puede que padezcas hipertensión. Otros síntomas que pueden indicar el padecimiento de hipertensión son palpitaciones en el pecho o en la cabeza, mareos y malestar.
La hipertensión es una de las enfermedades cardíacas más comunes pero no por ello hay que quitarle importancia, es muy importante que si padeces hipertensión te hagas revisiones periódicas con un especialista y sigas las indicaciones que este te de para tratar de bajar dicha presión arterial y mantener un control de la misma. El hecho de no tratar una patología como la hipertensión puede llegar a tener graves consecuencias como puede ser un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral.
La mayoría de tratamientos para controlar la hipertensión suelen llevar a cabo el consumo de ciertos medicamentos, siempre bajo prescripción médica. Sin embargo, cualquier tratamiento médico debería ir acompañado de una vida activa y una dieta equilibrada y saludable controlando los niveles de colesterol en sangre, no bebiendo ni fumando en exceso y evitando las grasas saturadas. Además, hay ciertos alimentos que pueden ayudar a bajar la tensión arterial y a controlar sus niveles, uno de ellos es el tomate.
Propiedades del tomate
El tomate es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo por lo que no es difícil de encontrar. Se trata de una verdura con propiedades antioxidantes y rica en vitamina A (beneficiosa para la piel, los ojos y la vías respiratorias) y C (fundamental para la correcta absorción del hierro, la curación de heridas y el fortalecimiento del sistema inmunológico).
Además, el tomate es un gran aliado contra las enfermedades cardiovasculares gracias a que contiene licopeno, un potente antioxidante que ayuda a disminuir y regularizar la presión arterial alta. Por otro lado, gracias a su alto contenido en hierro y vitamina K, el tomate ayuda a la mejora de la circulación sanguínea y controla la coagulación de la misma.
Cómo bajar la tensión arterial con tomate
Gracias a los antioxidantes que contiene el tomate, este es un gran aliado para prevenir y combatir las enfermedades cardíacas, entre las que se encuentra la hipertensión. Según varios estudios, es recomendable que las personas hipertensas consumas cuatro tomates crudos al día, de esta forma y junto a la medicación, notaran un gran cambio en su presión arterial. Sin embargo, consumir tanto tomate crudo al día puede resultar muy pesado o monótono, por ello vamos a proponer algunas alternativas para que aquellas personas que lo deseen puedan consumir el tomate necesario sin llegar a cansarse de él.
Una de las particularidades del tomate es que este mantiene todas su propiedades nutricionales independientemente de su estado o su cocción. Gracias a esto, se puede consumir esta verdura de la forma en la que se desee pero siempre intentando mantener una alimentación saludables. Una buena alternativa al consumo de tomates crudos puede ser la salsa, eso siempre, siempre casera y controlando la cantidad de azúcar y sobre todo de sal, ya que esta última incrementa los niveles de la tensión arterial, algo que no beneficia a las personas hipertensas.
Para hacer una salsa de tomate simplemente valdría con triturar los tomates crudos y añadirle un poco de sal, azúcar para contrarrestar la acidez y si se desea alguna hierba aromática como orégano o albahaca, cuando esté la puedes añadir a casi todos los platos y así les dará un toque diferente y más jugoso. Otra forma de tomar tomate es a través de su zumo, se puede encontrar en la mayoría de tiendas de alimentación pero hay que tener mucho cuidado con los azúcares y los aditivos que estos lleven. Como siempre, lo mejor es hacerlo en casa, para ello simplemente hay que licuar los tomates crudos, mejor si están maduros, junto con un poco de sal y azúcar y alguna hierba aromática.
Tal y como hemos visto, el tomate es un gran aliado para el sistema circulatorio y para prevenir y controlar las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión. Sin embargo, no se puede pretender bajar la tensión arterial únicamente con el consumo del tomate, sino que este debe ser un añadido al tratamiento y las pautas del médico.
Además de seguir las indicaciones del médico, si se quiere controlar y bajar la tensión arterial se deberá evitar los factores de riesgo como el tabaco, el estrés o el alcohol, se deberá llevar una dieta equilibrada controlando el colesterol y haciendo ejercicio al menos 3 veces por semana.