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PROBLEMAS DE GARGANTA

Amigdalitis crónica ¿qué hacer?

Amigdalitis crónica ¿qué hacer?
Héctor Félix Lasheras Diez
Última actualización: 19 Junio 2019
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Si tienes problemas de garganta y sueles tener infecciones en las amígdalas es posible que tengas amigdalitis crónica.

En la parte de atrás de tu garganta te puedes encontrar con dos masas de tejido a las que se les denomina amígdalas y que actúan como filtros, atrapando gérmenes que pudieran, de otra manera, penetrar en tu aparato respiratorio y causarte una infección. Además, éstas pequeñas masas de tejido también producen anticuerpos que luchan contra las infecciones. Sin embargo, otras veces, son éstas propias amígdalas las que sufren infecciones y desbordadas por bacterias o virus se hinchan y se vuelven inflamadas, una condición a la que se denomina amigdalitis.

La amigdalitis es bastante común especialmente en niños (y también adolescentes, pero en menor medida), en los que la enfermedad puede aparecer hasta una o dos veces al año y se vuelve muy frecuente en todo el periodo de crecimiento.

La amigdalitis se suele deber a un tipo de infección víricaLa amigdalitis se suele deber a un tipo de infección vírica

¿Causas y síntomas?

Las causas principales suelen ser infecciones víricas que causan la amigdalitis crónica y una de éstas causas que quizá sea la más común sea la bacteria del estreptococo. Por otro lado, los síntomas más notables de la amigdalitis pasan por la inflamación y el hinchazón de las anginas, algunas veces de forma tan severa que obstruye el paso del aire a los pulmones. Otros de los síntomas son:

Dolor de garganta severo, enrojecimiento de las anginas, presencia de una capa amarillenta o blanca sobre las anginas, úlceras dolorosas en la garganta, pérdida de la voz, dolores de cabeza, pérdida del apetito, dolor de oído, dificultad para tragar o respirar por la boca, ganglios inflamados en el área de la mandíbula o el cuello, fiebre y calambrazos.

Sin embargo, ésta dolencia en los niños tiene otros síntomas añadidos que pueden causar náuseas, vómitos o incluso dolor abdominal.

¿Tratamiento?

El tratamiento para la amigdalitis crónica depende en gran medida de la causa de la misma. Para determinar la causa, tu médico probablemente te haga un test para comprobar si en tus anginas hay presencia de estreptococos o un cultivo. Ambos test siguen el mismo procedimiento: se frota suavemente la parte de atrás de tu garganta con un pequeño bastoncillo de algodón y se empapa de las sustancias que estén presentes en el lugar. Posteriormente se sumerge a éste palillo empapado de éstas sustancias en un líquido específico y se espera a los resultados, que no tardarán más de 5 minutos. En otros casos la simple inspección manual y los signos que se observan solo al mirar las amígdalas son suficientes para diagnosticar el problema sin tener que echar mano de ningún tipo de test. En éstos casos en los que la amigdalitis es positiva, los antibióticos entran en juego y son normalmente prescritos sin falta de confirmarlo con un test.

Los antibióticos pueden ser prescritos de forma que sea solo un pinchazo único, o consistir en un conjunto de 10 días en los que se tiene que ingerir una pastila por vía oral. Los síntomas, tras la ingestión del antibiótico mejorará en el perioro de dos o tres días, sin embargo no por mejorar hay que dejar de tomarlos y se debe terminar el ciclo prescrito por el médico. De cualquier otra forma, al no haber terminado el tratamiento, es posible que las bacterias que causaban la amigdalitis vuelvan al ataque al no haber sido eliminadas por completo y vuelvas a sentir los síntomas de la enfermedad.

Si la amigdalitis es vírica los antibióticos no funcionanSi la amigdalitis es vírica los antibióticos no funcionan

¿Y si es causada por un virus?

Si la amigdalitis crónica es causada por un virus, los antibióticos no van a funcionar y tu cuerpo tendrá que luchar solo contra la infección. Durante el tiempo que dure ésta batalla, hay cosas que puedes hacer activamente para sentirte mejor sea cual sea la causa de tu dolencia. Por ejemplo:

Duerme las horas suficientes y recomendadas e intenta no acumules cansancio, bebe líquidos calientes o muy fríos para aliviar el dolor de garganta, también puedes tomarte batidos fríos, helados y comer alimentos que no te raspen mucho la garganta, como sopas o gelatinas. Utiliza un humidificador en tu habitación o un vaporizador que mantenga el ambiente húmedo para evitar que se te reseque la garganta y sufras más dolor al tragar. Haz gárgaras con agua y sal y tómate cada ciertas horas algún medicamento anti-inflamatorio que te alivie el dolor, como el ibuprofeno o el paracetamol.

¿Necesida de cirugía?

Las amígdalas son una parte importante del sistema inmune a lo largo de la vida, así que es mejor que evitemos quitárnoslas a través de una cirugía, sin embargo, si padecemos mucha amigdalitis y ésta dolencia se convierte en algo demasiado persistente o recurrente, o si las amígdalas son demasiado grandes y obstruye tus vías respiratorias o dificultad para comer, puede que la amigdalectomía sea necesaria. La mayoría de éstas intervenciones quirúrgicas simplemente se tratan de cortar las amígdalas con un escalpelo normal y corriente, sin embargo, en la actualidad muchos médicos ya utilizan técnicas más avanzadas que tienen que ver con láser, radio hondas, energía ultrasónica o un electrocauterio para cortar, quemar o evaporar las amígdalas inflamadas.

Como con todas las cirugías, todo éste proceso tiene ventajas e inconvenientes, así que mientras se discute la posibilidad de operar, está boen discutir las opiniones y contrastarlas con tu cirujano, para selecionar la opción más conveniente.

¿Qué esperar tras la cirugía?

La amigdalitis crónica es una cirugía simple que dura entre treinta minutos y cuarenta y cinco y que se realiza mientras el paciente se encuentra bajo los efectos de la anestesia general.

La mayoría de los pacientes vuelven a casa tras cuatro horas de observación y requieren de una semana a 10 días para recuperarse complétamente. Prácticamente todo el mundo sufrirá un rango de dolor de leve a severo las horas siguientes a la operación. Pero el dolor puede aliviarse con medicaméntos preescritos por tu médico.

Es importante que durante la etapa de recuperación se duerma suficiente, y se ingieran suficientes fluídos que ayuden a la hidratación de la garganta evitando los productos lácteos las primeras 24 horas después de la cirugía.

Puede parecer que, con todo el dolor y las molestias en las amígdalas, se nos va el apetito, pero hay que tener en cuenta que cuanto antes se ingieran, poco a poco, alimentos (primero líquidos y luego más sólidos) antes nos recuperaremos. Tenemos que tener en cuenta que después de la operación podemos experimentar pequeños cuadros de fiebre o sangrados por la nariz o en la saliva, pero no es motivo de alarma, a no ser que sea un fluído abundante y constante o la fiebre ascienda de 40 grados. En ese caso acude rápidamente a tu médico para que te de atención temprana.

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