Cuando decidimos que queremos bajar de peso, siempre nos hacemos los mismos propósitos, que al final casi nunca acabamos cumpliendo. Comer todos los días carne o pescado a la plancha con una ensalada y apuntarnos al gimnasio, son automáticamente nuestras acciones cuando de adelgazar se trata. Pero existen otros métodos mucho más sencillos que nos van a ayudar a bajar de peso, sin necesidad de matarnos a sudar en spinning o en la elíptica mientras estamos rodeados de hombres cachas y sudados.
Hace varios años se puso muy de moda entre nosotros la fiebre del running. Caminar por la calle y que nos adelantara el típico, o la típica, equipado con su chándal fosforito y sus zapatillas de colorines era bastante común pero, desde hace algunos meses esta práctica está decayendo en favor del power walking.
Y tú te preguntarás ¿Qué es eso del power walking? Pues nada más y nada menos que andar por la calle de forma rápida para perder peso. Y tú te volverás a preguntas ¿pero puedo adelgazar caminando? La respuesta es un rotundo sí. Los expertos determinan que andar puede convertirse en la mejor actividad para adelgazar, incluso más que una clase de body combat.
Cómo puedo adelgazar caminando
Cuando se trata de perder peso y adelgazar, caminar puede convertirse en tu actividad favorita y en la más efectiva, ya que no requiere demasiado esfuerzo, no supone un fuerte impacto en nuestras articulaciones que son las que más acaban sufriendo cuando hacemos ejercicio físico y además es una actividad que puedes hacer en cualquier momento y en cualquier lugar, sin necesidad de horarios y tener que apuntarte al odiado gimnasio.
Pero cuando se trata de caminar y adelgazar no todo vale. Tienes que tener en cuenta una serie de aspectos para llevar a cabo así que toma papel y bolígrafo, apunta los siguientes consejos, cálzate el zapato más cómodo que tengas y sal a caminar.
Lo primero y más importante es tomar conciencia de que tenemos que ir a caminar todos los días, o al menos 5 días a la semana para que esto surja efecto en nuestro cuerpo. Por ello lo mejor es establecerte un horario semanal, para cuando tengas al menos 1 hora libre. Esto va a crear en ti una conciencia y se acabará convirtiendo en una rutina que necesitará en tu vida diaria para despejar tu mente.
Hay que tener en cuenta que no cualquier ritmo vale a la hora de caminar y adelgazar. Para ello, tienes que llevar una velocidad con la que te resulte complicado mantener una conversación. Los primeros días en los que vayas a andar, tu ritmo será un poco más lento que cuando tu cuerpo se vaya acostumbrando a esta actividad. Cada uno tiene un ritmo diferente, ya que cada persona tiene una forma física distinta. Recuerda que no tienes que compararte con nadie, tu solo tienes que seguir tu ritmo.
Alternar los ritmos de tu caminata puede ser muy efectivo a la hora de bajar de peso. Esto es porque nuestro cuerpo va a tener que responder a diferentes estímulos y va a gastar el doble de energía y de calorías que si mantenemos siempre el mismo ritmo. Por ejemplo cambiar el ritmo cada 5 minutos, puede ayudarte a quemar el doble de grasas.
Abandonar el uso del coche o del transporte público puede ser una forma maravillosa de añadir el hábito de andar en nuestra vida, si no tenemos suficiente tiempo para caminar. Al principio puede costarte bastante adaptar tus horarios, puede que incluso tengas que madrugar más para salir antes de casa para ir al trabajo andando pero llegará un momento en el que en vez de ser un sacrificio se convertirá en una necesidad. Aprovecha estos momentos y conéctate contigo mismo, utiliza este tiempo para reflexionar y para meditar.
Hoy en día, con todas las disciplinas fitness que existen caminar está muy infravalorado, pero la realidad es que siegue siendo uno de los métodos más efectivos cuando de perder peso se trata.