Durante estos días de primavera, estamos viendo cómo los rayos solares están siendo protagonistas del buen tiempo del que estamos disfrutando. Muchas personas ya están ya empezando su temporada de playa y, por lo tanto, deben extremar las precauciones necesarias para que su piel no sufra ningún tipo de lesiones. Uno de los problemas más comunes que suelen aparecer por la intensidad de los rayos de sol propios de esta época y de principio de veranos, es la alergia al sol. Aunque no considere una alergia como tal, sí que sus síntomas pueden ser similares a los de cualquier otra reacción alérgica.
Cómo cuidar la piel si tienes alergia al sol
Es importante que seamos conscientes de la importancia de proteger nuestra piel para poder evitar futuras consecuencias graves para nuestra salud. Una exposición prolongada al sol, aparte de una reacción alérgica por tener alergia al sol, puede llegar a producir melanomas que supongan un peligro mayor para nuestra salud. Por lo tanto, no debemos olvidarnos de que, por mucho que nos guste tomar el sol, primero tenemos que pensar en protegernos y hacerlo con cabeza. Por ello, aquí te dejamos una seria de consejos que debes de tener en cuenta para no exponer tu piel al peligro de los rayos ultravioleta:
1. No tomar el sol con la piel lesionada
Cuando tenemos nuestra piel seca, irritada o con alguna herida, no es recomendable exponerla a los rayos solares. Lo que al principio se ve como una pequeña lesión por tener alergia al sol u otra afección, puede verse agravada ya que nuestra piel no se encuentra en óptimas condiciones para poder soportar la intensidad de los rayos del sol.
2. Utilizar el factor solar necesario
Existe el falso mito de que utilizar un número u otro de factor solar puede hacer que nos pongamos más o menos morenos pero, en realidad, lo que hacemos es poner nuestra piel en peligro. El factor solar ayuda a que nuestra piel esté protegida de la mejor forma posible de los rayos ultravioleta. Por lo tanto, deberemos echarnos la protección que necesitemos, no la que queramos tanto si vamos a la playa, como si vamos a la calle y nos va a dar el sol.
3. Exponernos al sol de manera progresiva
No es bueno que el primer día que vayas a la playa estés muchas horas al sol. Nuestra piel no está preparada para una exposición a los rayos solares tan prolongada, por lo que será necesario ir adaptándola a ellos. De igual manera, aunque no vayamos a la playa, si estamos por la calle y hace sol, no es bueno estar muchas horas en contacto con él.
4. Cubrir las partes más sensibles
Si tenemos la piel propensa a que se dé una alergia al sol, será necesario prevenir más allá del uso de protector solar. Hay ropas frescas que harán que no pasemos mucho calor y que, a su vez, estemos altamente protegidos. Es importante cubrirnos la cabeza con sombreros para así evitar cualquier tipo de mareo, además de proteger nuestro cabello.
5. Evitar el uso de perfumes, desodorantes y cosméticos al tomar el sol
Este tipo de productos suelen tener un porcentaje de alcohol que puede favorecer la irritación de nuestra piel. Además, al entrar en contacto con el sol, pueden crear quemaduras que sean mucho más graves que las lesiones de una alergia al sol.
6. Acudir al médico
Aunque pueda parecer muy obvio, hay personas que lo dejan pasar o son ellas mismas las que administran el tratamiento. No todas las lesiones de la piel tienen que ser lo mismo, ya que la alergia al sol puede afectar con distintos grados de gravedad. Por ello, deberemos acudir al menor síntoma a nuestro médico de cabecera para que nos ponga el tratamiento necesario y nos explique cómo debemos actuar para que nuestra alergia no vaya a más.