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Son muchas las personas que quieren seguir una alimentación saludable pero con el ajetreo del día a día no lo consiguen. Lo intentan una y otra vez pero al final recaen en los malos hábitos alimenticios que al final, puede pasar factura a la salud. Alimentarse correctamente es un salvavidas que no deberías renunciar. En este sentido, apunta estos principios para que no se te olvide qué debes hacer para seguir una alimentación que te haga ganar en salud.
Lo más importante es que encuentres una forma saludable de cocinar, que te guste y que te funcione. Por ejemplo, es mejor comer pequeñas cantidades durante el día que comer demasiado de una sentada... Pero hay mucho más que debes aprender.
Conócete a ti mismo
Conocerte a ti mismo es aprender a planificar las comidas sabiendo lo que te gusta dentro de una alimentación saludable. Además también deberás tener en cuenta tu estilo de vida. Por ejemplo, si sueles comer pera de casa, es importante que te planifiques cuáles serán tus comidas semanales en lugar de pensarlo a última hora.
Conocerte a ti mismo es aprender a planificar las comidas sabiendo lo que te gusta dentro de una alimentación saludableSi sueles comer mientras trabajas en el ordenador, mantén la comida lejos de tu escritorio o toma refrigerios saludables que permitan tener tus ansias de comer a raya. Evita la comida basura o con demasiada sal o azúcar. Podrás hacer pequeños cambios que te cambiarán de por vida . Si por ejemplo comes 200 calorías menos al día, puedes perder varios kilos al año casi sin darte cuenta, ¡merece la pena!
Come más vegetales
Es fácil decir que comas más vegetales o verduras pero parece que no es tan fácil cumplir con esta normal. ¿Qué pasa si no te gustan las espinacas o los guisantes? No debe ser un problema para ti nunca más. Hay una gran variedad de verduras y vegetales que puedes cocinar y preparar para que te gusten y que sean saludables para ti.
Escoge verduras coloridas y no te centres tanto en la carne. Existen muchas recetas que hacen que las verduras sean mucho más atractivas, solo debes preocuparte en encontrar esas recetas desconocidas que te pueden cambiar la vida.
Come menos carne
No quiere decir que te tengas que hacer vegetariano o vegano si no quieres hacerlo, pero comer menos cantidad de carne también te aportará más salud. Los pilares de una alimentación saludable son los frutos secos naturales, las verduras, las frutas, las legumbres y los cereales. La carne también es importante pero no tanto como piensas.
Los cereales integrales o los granos integrales (avena, arroz integral, pan de trigo integral) proporcionan fibra, que ayuda al sistema digestivo y te hace sentir más lleno, y las vitaminas B, que pueden aumentar la energía y ayudar al metabolismo. Los frutos secos y las semillas contienen nutrientes, como la vitamina E en las almendras y las semillas de girasol, que de otra manera son difíciles de conseguir. Las legumbres, incluidos la soja, los cacahuetes y las lentejas, también proporcionan fibra junto con proteínas, hierro, ácido fólico y otros nutrientes. Reemplazar la carne con legumbres como fuente de proteína es una buena estrategia para reducir la ingesta de grasas saturadas.
Escoge verduras coloridas y no te centres tanto en la carneSepara las grasas
Lo que necesitas saber es esto: la grasa tiene más calorías por gramo que los carbohidratos o las proteínas, por lo que si intentas mantener o perder peso, limita la cantidad de grasa que comes. Dicho esto, no todas las grasas afectan al cuerpo por igual. Las grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas son las grasas "buenas"; se encuentran en los aceites de nueces y vegetales y en los pescados azules, como el salmón, la trucha y el arenque. No aumentan los niveles de colesterol en la sangre e incluso pueden reducir el riesgo de problemas cardiovasculares. Comer mariscos con ácidos grasos omega-3, como el salmón y las sardinas, dos veces a la semana puede reducir el riesgo de ciertas formas de enfermedad cardíaca.
Las grasas saturadas y trans, también conocidas como las grasas "malas", se encuentran en productos lácteos y carne de res y aceites de palma y coco. Si comes mucho de ellos mayor será tu riesgo de enfermedad cardiovascular. Las grasas trans también se encuentran en las patatas fritas y en muchos productos horneados comercialmente, como galletas dulces y galletas saladas, pero cada vez son menos comunes.















